El sello ha servido para hacer visible a un colectivo profesional «al que por lo general no se valora demasiado; sólo cuando faltamos. Es evidente que no operamos ni tratamos las enfermedades, pero tenemos un valor incuestionable, porque somos la primera persona que atiende a un enfermo cuando llega a urgencias, la que lo lleva cuando se va a operar, la que los ve por las mañanas, y una pieza indiscutible para que el hospital marche adecuadamente, aunque seamos una plantilla corta para todo el trabajo que tenemos»
«En ocasiones parecemos invisibles. Esta distinción nos reconoce la importancia de nuestro trabajo»,
«Es la traducción del trabajo bien hecho»
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